domingo, 17 de julio de 2011


Y entonces... la puerta se abrió.
Antes de lo esperado. Más fuerte de lo esperado.
Y ella salió lentamente, con esa aura azul característica.

Kirie sonrió por la rápida recuperación mientras Sae no sabía lo que había pasado y vivía en el desconocimiento más absoluto. Parecía ser la única que no sabía que había un hombre en el pueblo. Y que ese chico buscaba a Reika... y Reika a él.

sábado, 2 de julio de 2011

Acto desconocido.



Ahí esta. ¡Ahí está! ¡AHÍ ESTÁ!

Todos se asombraron del nuevo temblor que había en el centro del pueblo. Hacía días que habían algunos y nadie sabía porque pasaba. No había problemas con Sae ni Kirie. ¿Entonces?
Sae de hecho, demasiado calmada estaba últimamente, quizás era el no ver a Reika o algo así, pero estaba callada. Mucho... incluso para ella.

Pensaba en lo que había pasado hará unos 20 días.
Pensaba en como había ido hasta Reika y como le había pegado duramente. Quería disculparse... ella no era de disculpa rápida y fácil pero debía hacerlo.
Caminó y caminó abriéndose paso por el pueblo vecino. Hasta finalmente llegar a lo mas profundo del mismo. El agua roja rodeaba todo, al fondo, una puerta. Se acercó, levantó las manos y observo como las cuerdas que la rodeaban estaban a punto de terminar de romperse. Sae observó la puerta cerrada herméticamente. ¿Acaso alguien había intentado entrar? No. ¿Reika habría despertado?...

Las puertas se abrieron un poco, lo suficiente para que Sae pudiera pasar, y, con la luz de afuera que lentamente entraba y dejaba un rastro hacía lo mas profundo, la vió.


¡Ahí estaba!
Sentada y pegada a una pared. Con las manos abrazando sus piernas y el cabello cubriendo sus cabellos. No  se oía nada, pero estaba viva.

Sae se acercó hacia ella pensando en los golpes que le había dado tiempo atrás y unas disculpas salieron de sus labios. Reika abrió sus ojos ocultos y miró a su "hermana"; Sae se quedó parada.

Silencio.

-Descansa.-Cortó Sae el silencio fríamente.-Pronto podrás volver a la labor de siempre.-Entonces observó todo lo que había a su alrededor. Oscuro y algunos tonos rojo sangre. Estaba cumpliendo la funcion de bombear. Los terremotos eran provocados por ella. No tenía las estacas clavadas en sus manos ni pies, lo cual, al ser quitadas violentamente, habían provocado los terremotos.
Sae pensó en las sogas y observo la parte trasera de la puerta. Había huellas de manos con sangre.
Observó rápidamente a Reika, quién aumento su respiración y la sangre de la pared comenzó a moverse con rapidez.
-Has intentado... salir.-Sae negó con la cabeza.-Aún estas débil, ni hablas....Ya te dije que lo siento.- Sae se dirigió a la puerta de nuevo, abriéndola un poco más para poder salir más cómodamente.-Cuídate...mucho.- La puerta se cerró y una luz azulada se encendió cerca de Reika. Sus labios se movieron, más ella solo pensó: "No te diré que hay alguien en el pueblo... No te diré la mano blanca que vi el otro día y que me hizo romper desde dentro esas cuerdas... No te lo diré. Mejor que no sepas nada..."

Sae mientras, sin saber nada de nada. Se alejaba del lugar pensando en que Kirie habría puesto aquellas cuerdas de tan mala calidad. Pero no penso mucho más.
Entonces 4 niñas emergieron de la sangre de afuera a la cueva de Reika. Las 4 con distintos peinados.

Las 4 se colocaron cerca de la puerta, iban de un lado a otro y jugaban alegremente.

Reika mientras, respira ahora, más tranquila. Más la sangre bombeaba rápido y la puerta sonaba...
Sonaba....como el látido de un corazón con fuerzas.




¿Qué quienes son las niñas?
Espérate al próximo acto para saberlo.