lunes, 23 de abril de 2012

¿Y qué es esta sensación cuando me giro y veo tu rostro agotado?
¿Y qué es esta sensación que me recorre el pecho con calidez extraña?

Un millar de veces la siento y un millar de veces me pregunto extraña que es exactamente.
Es como un ácido que subo por el cuello y arranca con todo... pero esta vez, no es el ácido corrosivo de ayer. Ésta vez. Es bonito.

Es como si mi corazón quisiera salir de mi pecho con un latido muy muy fuerte...
Es como si quisiera el mismo decirte como se siente por culpa de tus ojos.

Quizás me llames tonta por ello. Pero esa sensación nunca la viví.
Podrías perfectamente pensar que ayer la había notado. Pero, en el caso de haberla notado, nunca la habría notado tan fuertemente como ahora.

La noto con tus suspiros y cuando mi nombre se cuela entre tu lengua y tus labios lentamente,
la noto cuando me miras exhausto, cuando me pides un descanso, cuando me avisas del final del camino.
La noto con esa caricia tímida en mi barbilla, con un leve roce en mi cabello estropeado y desmerecedor de tus suaves manos. La noto cuando me miras juntando esa frente a la mía y parpadeando inocentemente.
La noto cuando noto tus manos dibujando un mapa en mi espalda con colores suaves.
La noto cuando me das un beso lento, ésta sube desde el pecho a mi garganta y necesito suspirar.
La noto cuando tus labios suaves y húmedos se apoderan de cada centímetro de mi privilegiada piel...

Dime tú que es.
¿Son las famosas mariposas o simplemente me terminó de consumir una extraña locura?


Simplemente te ruego y pido lo que siempre te digo.
No mentiras, no cambios.

...
Quiero verte y no deshacerme nunca de ésta sensación.


No hay comentarios:

Publicar un comentario